He viajado,
He dado la vuelta a mi cuerpo en un estado de sobriedad vacacional.
He viajado por un torrente sanguíneo caótico,
lleno de células que encalan las manchas que deja
la falta de estrellas cuando faltan y las heridas que produce la alegría cuando duele.
He llegado a un suspiro dentro del pulmón que me respira el alma,
he tropezado con una lista de libros por escribir dentro de mis neuronas, he visto el recuerdo del columpio que algún día le haré a mi pequeña Jimena.
He llegado intacto y boquiabierto a mis dedos, delgados pero fuertes, entrenados en alzar espíritus con su tacto.
Me he tomado una cerveza esperando a las mariposas del estómago,
he tranquilizado a mi hígado y quitado el polvo a las viejas fotos de mi músculo cardíaco.
He descascarillado mi páncreas, en huelga de dulzura sanguínea y regado desde la raíz, la suavidad de mi piel.
He cosido con puntos finales las hemorragias internas, he tapiado puertas, ventanas.
He aireado las oficinas más íntimas de mi ser, le he dado cuerda al reloj de mi creatividad, le he echado de comer al gato, he limpiado el cristal de mi cristalino y he podado las raíces de mis metatarsos.
SM
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